Bambú


Estas pequeñas ramas de bambú, las he pintado sobre papel de arroz con la técnica de ilustración japonesa de origen chino llamada Sumi-e. He utilizado como pigmento, tinta china de color negro.

El sumi-e es una técnica artística oriental muy particular que no busca el detalle y la precisión sino, más bien, la expresión desde la espontaneidad. Me ha gustado mucho este estilo ya que se propone como una herramienta a través de la cual podemos ejercitar una filosofía de vida que trasciende el papel.

📜🔎Os quiero explicar un poco sobre esta técnica.

Sumi-e es una palabra japonesa formada por los términos sumi, que significa tinta e, que quiere decir pintura. Se trata de una técnica de dibujo con siglos de antigüedad que llegó a Japón gracias a los viajes de los monjes budistas desde China y que, actualmente, también se combina con otras técnicas para obtener resultados más originales.

Aunque, como he comentado, la técnica proviene originalmente de China, donde es conocida como mo-shui, el sumi-e se ha asociado habitualmente a Japón por la popularidad que las ilustraciones con tinta china de este país han logrado en el resto del mundo.

El sumi-e incorpora filosofía y religión, y sus artistas representan sólo lo esencial de los elementos, sin detenerse en los detalles: se trata de una técnica que no busca el realismo, sino evocar sentimientos y sensaciones más abstractos en el espectador. Esta huida del realismo hace que la mayoría de los pintores que la trabajan lo hagan en blanco y negro aunque, en ocasiones, pueda combinarse la tinta negra con otros colores.

Y ¿porqué he pintado bambú? Para la cultura japonesa la naturaleza es un elemento muy importante en general y en el sumi-e en particular. No se trata tanto de copiar paisajes sino con conectar con el espíritu de aquello que se pinta, para que salga por sí mismo al momento de pintar. 

Existen cuatro elementos naturales que se suelen seguir para el aprendizaje de los trazos de la técnica. Están extraídos de un manual de pintura chino que llegó a Japón en el siglo XVII llamado El jardín de la semilla de mostaza. A estos cuatro elementos se les conoce como Los Cuatro Honorables Caballeros y representan virtudes, estaciones del año y niveles de dificultad. Estos elementos son: la orquídea, el bambú, el ciruelo en flor y el crisantemo.

El bambú, en este caso, está asociado al verano, requiere movimientos muy enérgicos para ser dibujado. Representa la fuerza interior, la consistencia y la humildad.

Bibliografía

María Eugenia Manrique (2006). Pintura Zen. Método y arte del sumi-e. Barcelona: Editorial Kairós. ISBN 978-84-7245-621-1.


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