La hora del café


 ¿Apetece un café recién molido a mano? 

Porque los bocetos con lápices de colores también guardan su encanto y se resisten al paso del tiempo. Dejo aquí un dibujo realizado mientras degusto un café recién hecho después de haberlo molido con esta preciada antigüedad heredada de mis abuelos maternos. Un dibujo pintado con lápices de colores sobre papel.

Yo pertenezco a la generación del 82 y estoy segura de que en casa de aquellos familiares más longevos, todavía quedan restos de estos molinillos manuales.

La invención del molinillo de café se generó con la llegada del café a Europa sobre el siglo XVI. Se pasó a considerar una obra de arte auténtica con un gran valor funcional y estético. Estos molinillos fueron fabricados en madera y en hierro fundido y tenían una gran importancia decorativa. No obstante, con la Revolución Industrial, se comenzaron a fabricar modelos más prácticos y sencillos.

Este modelo en concreto, se fabrica en Villarreal del Álava y con él, el café, más que un placer, se convierte en un puro ritual. Un objeto con personalidad propia.

La historia de los molinillos de café Elma se remonta a principios del siglo XX, cuando la fábrica de molinillos Elma fue fundada en España. Esta empresa se especializó en la producción de molinillos de café de alta calidad, convirtiéndose en referente mundial en su sector. La marca Elma se caracterizó por su compromiso con la excelencia y la precisión en cada uno de sus diseños.

El molinillo de café Elma destaca por su estética y funcionalidad. Fabricado en madera de alta calidad, presenta un diseño clásico y atemporal que le confiere un encanto único. Su rueda de molienda, imprescindible para obtener un café molido perfecto, es una de las características más reconocibles de estos molinillos antiguos.

El molinillo de café antiguo Elma es un objeto que ha perdurado a lo largo de los años y ha dejado huella en la historia del café. Fue inventado en España a finales del siglo XIX y se convirtió en un elemento esencial en las cocinas de todo el mundo. Su diseño clásico y su mecanismo manual permitían moler el café de manera eficiente y obtener un aroma y sabor incomparables. Además, su durabilidad y resistencia lo convirtieron en un objeto de colección muy apreciado. Aunque en la actualidad existen molinillos eléctricos, los molinillos de café antiguos siguen siendo valorados por los amantes del café por su estética y por la experiencia de moler el café de forma tradicional.

¡Buen dibujo y buen café!



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